No conozco
beatitud
distinta
que yacer
en el fondo
del estanque
con la mente
en blanco,
allí,
donde la vida
late,
expectante
en silencio
observa,
goza,
sin prisa
ni esfuerzo,
ni arte,
solo agua
bebiendo
el cuerpo,
meciendo
el alma.
(JR, 2016)