jueves, 16 de abril de 2009

Inexplicable

Hubo
un atardecer
de encuentro
una cierta tarde
inesperada,

hubo
un antes
y un después
cuya historia
se gestó
entre orígenes
y viajes,

hubo
una noche
inexplicable
de latidos leves
"in crescendo",

apenas perceptible,
lenta,
de esencias
y colores
divergentes,
relámpago
caído
sobre el puente
medieval.

Hubo
una conversación
del alma,
que despertó
en palabras
florentinas,
mientras
los cuerpos
separados,
dormían
y soñaban.


Juan Rubbini, Inexplicable
La Sin Nombre, Ediciones La red, el arca y el mar, Medellín 2003

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