jueves, 5 de junio de 2008

Jugó para campeón

Parece increíble, pero puede ser verdad que River sea campeón. No será un River que se recuerde por la belleza de su juego, pero partidos como el de ayer te amigan, a la distancia, con el orgullo que históricamente implica la banda roja. Digo a la distancia porque estoy en Suecia, un viaje por motivos profesionales que no alcanza para olvidar las cosas importantes, como River. Entonces, los amigos cuentan que está chivo, que echaron a Ponzio, que otra vez los árbitros necesitan verlo diez veces por tele para darle un penal a River, que se viene Colón se viene y gana Estudiantes, le empató Huracán, vamos River que lo ganamos, grande Ortega, golazo Villagra, mirá Simeone lo pone al pibe Ríos, qué jugada hizo, metela Alexis por Dios, Colón nos emboca, Ahumada se agranda y la bancamos como corresponde a un equipo que quiere ser campeón. Tan lejos, todo cobra un carácter épico. Entonces, cuando River juega para campeón, inflemos el pecho y sintamos orgullo. Ya habrá tiempo de reflexionar sobre los errores del pasado y sobre el futuro. Ahora quedan sólo dos partidos y esta vez sí que depende de nosotros. Olimpo, peligroso, agrandado, bajó a San Lorenzo y quiere escapar de las tinieblas. Y Banfield siempre es difícil en el Sur. Pero si queremos ser campeones, sin faltarle el respeto a nadie, son dos partidos que tenemos que ganar.

Leo Farinella, www.weblogs.clarin.com/river/

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